
“No quiero sentir miedo en mi Universidad” “Quiero estudiar en un ambiente seguro” “Exigimos se respeten las diferencias”
El mensaje es claro: Los universitarios rechazan los actos violentos que dentro de su campus se han venido presentando.
Luisa Fernanda Montoya Polanco.
Taller de Medios I
El asesinato del ex alumno Jorge Andrés Isaza Velásquez el pasado 12 de marzo en las instalaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Antioquia, revivió una serie de demandas de lo que viene sucediendo al interior del Alma Mater.
Desde hace varias semanas circula un panfleto en el que se amenaza a un grupo de líderes estudiantiles y salieron a la luz pública intimidaciones a dos educadores de la sede en Caucasia, aunque John Jairo Arboleda, Director de Regionalización de la Universidad de Antioquia, acotó que “No hay asociación entre las amenazas de aquí y las de allá”.
Aún así, la situación es alarmante por la creciente ola de situaciones de violencia e intolerancia que se dan dentro del claustro.
En un consenso realizado entre estudiantes de diferentes dependencias, es el miedo el sentimiento que reina entre ellos. Para la mayoría lo sucedido hace poco no es más que el culmen de la intolerancia que anda muy campante dentro del campus.
Para la Personería de Medellín, entidad encargada de velar por el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos, la situación es más que preocupante, pues se hace evidente la vulnerabilidad de los derechos de la comunidad universitaria. Wilson de Jesús Ospina García, Jefe de la Oficina Asesora de Comunicaciones de la institución, fue enfático al afirmar que la Universidad es el espacio donde la libertad de expresión debe premiar y donde deben coincidir diferentes pensamientos de los distintos sectores de la ciudad, por lo que no se pueden permitir estas situaciones. “Tenemos que lograr que la universidad recupere la capacidad de garantizar la seguridad tanto a estudiantes como a toda la comunidad universitaria”, ratificó Ospina García.
Las directivas de la universidad ordenaron hacer un estricto control para el ingreso a la Universidad por parte de la Policía y la empresa de seguridad privada. También prohibieron las ventas ambulantes y autorizaron a la Policía Metropolitana para ingresar a las instalaciones de la Universidad cuantas veces sea necesario para intervenir cuando se presente una acto delictivo.
Medidas con las que la Personería no está de acuerdo, debido a que consideran que al ingresar al campus personas ajenas a la comunidad universitaria, atentan contra la autonomía que debe ejercer la institución. “La policía no puede convertirse en los porteros de la universidad”, aseguró.
La Oficina de Comunicaciones de la entidad fue enfática al afirmar que debe ser la misma universidad la encargada de encontrar el camino para enfrentar estos problemas, a través del dialogo, en el que todos los protagonistas se pongan de acuerdo y busquen soluciones.
Es claro además que los recientes acontecimientos al interior de la universidad, no son ajenos a la problemática social que vive la ciudad, pero para la Personería no es pertinente tomar medidas que puedan socavar la esencia misma de la actividad universitaria, ya que la Universidad debe definir un modelo de seguridad integral.
Pero aparte de las medidas de seguridad, las directivas ratificaron la solidaridad con los estudiantes y profesores amenazados y rechazaron cualquier manifestación de violencia y delincuencia dentro de la institución.
Con motivo de este rechazo se celebró el miércoles 18 de marzo la jornada de reflexión, NUESTRA VOZ, en donde en una sola voz se defienden la vida y la libertad.
El llamado de la Personería y de las directivas de la Universidad a toda la comunidad universitaria es el de unir esfuerzos para defender su espacio, para no dar la espalda a la situación que se atraviesa y para encontrar las soluciones que garanticen la misión de educar desde la pluralidad y la autonomía.
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